Los linfomas son un complejo grupo de enfermedades, no una sola patología. En general, el linfoma es un tipo de cáncer que se produce cuando existe un fallo en el desarrollo de los linfocitos (células blancas de la sangre que ayudan a luchar contra las infecciones). Este fallo provoca la creación de una célula anormal que se convierte en cancerosa. Al igual que el resto de linfocitos, los linfocitos cancerígenos pueden crecer en muchas partes del cuerpo, incluyendo los nódulos linfáticos, la médula ósea, la sangre, órganos diversos, etc. El sistema linfático es una parte importante del sistema inmune que juega un papel fundamental en la defensa del organismo frente a las infecciones y frente al cáncer. En el sistema linfático existen dos tipos principales de cáncer: la enfermedad de Hodgkin (EH) y el linfoma no Hodgkin (LNH). Ambas formas de linfomas incluyen variedades.
Existen más de 30 sub-tipos distintos de linfoma no Hodgkin y la mayoría de ellos de linfocitos B (una variedad de linfocito). Se clasifican de acuerdo a criterios anatomopatológicos e inmunológicos de diagnóstico y posteriormente el hematólogo evalúa estos datos y los factores pronósticos para la decisión del tratamiento. En los LNH los hallazgos en el ganglio o tejido comprometido por el cáncer determinarán el grado: Estadios (caracterizados por la extensión del tumor en el organismo) Tamaño: El tamaño del tumor es fundamental para determinar la respuesta del paciente al tratamiento. Cuanto más pequeño sea el tumor, más probabilidades tendrá el enfermo de beneficiarse de la terapia.
Grados:
- Agresivos (grado intermedio/alto): Dentro de los LNH agresivos, los
más frecuentes son los linfomas difusos de células grandes (30-35% del total de diagnósticos). Se trata de linfomas que se dividen y multiplican de forma rápida, progresando y comprometiendo al paciente. Los pacientes diagnosticados y tratados en estadios precoces de la enfermedad agresiva tienen más posibilidades de experimentar una remisión completa durante varios años y presentan menos probabilidades de padecer recurrencias posteriores. Teniendo en cuenta que la ración es alcanzable, el enfoque terapéutico es más agresivo. La sobrevida libre de enfermedad prolongada la consiguen aproximadamente la mitad de los pacientes con un tratamiento de 1ª línea. Mientras que el otro grupo requiere una terapia de 2ª línea por recidiva del linfoma (reaparición de la enfermedad).
- Indolentes (bajo grado): Dentro de los LNH indolentes, los más
frecuentes son los linfomas foliculares (25-30% del total de diagnósticos). Son linfomas que se dividen y multiplican de forma lenta, la característica de esta variedad es que responden a los tratamientos instituidos, pero es muy difícil erradicarlos, por lo que el paciente presentará recaídas reiteradas, necesitando en el correr de los años múltiples líneas terapéuticas. Entre los síntomas de un linfoma se incluyen agrandamiento de los ganglios linfáticos (en cuello o axilas), ingles, tos o falta de aire, pérdida de peso sin explicación aparente, fiebre, sudoración – especialmente de noche -. Algunas veces los linfomas pueden desarrollarse en otras partes del cuerpo, con síntomas diferentes (es el caso de linfomas en el intestino o el estómago, que cursan con dolor abdominal, diarrea o dispepsia).
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