En el evento afectivo más emotivo e importante de su vida profesional, Virginia Prates se animó a vivir con aún más intensidad la relación médico - paciente. Trascendiendo el consultorio o una sala de transplante, pudo expresar y sintió la energía que indica que el médico es mucho más que el vehículo de un tratamiento. Es el apoyo. Es el sostén. Es el compañero que se entrega también poniendo la vida a cada paso.