La música siempre fue la pasión de Gustavo Fuentes. Luego del diagnóstico se dedicó un año al tratamiento después del cual realizó remisión completa, y si bien en ese tiempo suspendió su tarea sobre el escenario, la música fue su compañera y aliada en la lucha contra la enfermedad. En esas tardes interminables después de una quimioterapia, allí estaba su piano para recordarle quien era él, aunque solo pudiera tocar algunas frases inconclusas.