A Sandra Ferreira García hay muchas cosas que le apasionan: estar con sus animales, enseñar tratando de que sus alumnos tengan la esperanza de un mundo mejor, compartir momentos con su familia, ahijados, amigos. Y disfrutar cada momento con Alejandro, su marido, que tanto tiene que ver con su segunda vuelta a la vida.
"En dos palabras puedo resumir cuánto he aprendido acerca de la vida: sigue adelante".