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El testimonio de Eugenia |
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Invitamos a todos aquellos que nos quieran hacer llegar su testimonio como lo hizo Eugenia a enviarnos un mail a info@linfomasargentina.org.
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En esta oportunidad presentamos el testimonio de Eugenia, una paciente que puede ser todos los pacientes. Este testimonio es entregado en el Instituto Alexander Fleming a los pacientes y sus familiares que llegan con miedo, y el temor lógico a lo desconocido.
Muchísimas gracias Eugenia por tus palabras. Muchas gracias Fanny por hacérnoslo llegar. |
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Hoy estoy internada en el Servicio de Tamo, después de que me hicieron quimioterapia de altas dosis y de autotransplantarme nuevamente mi médula.
Sentí la necesidad de contar cómo me está yendo, porque me hubiera gustado que otro paciente desde adentro lo hiciese conmigo. Para la mayoría de la gente, la propuesta del tratamiento es bastante novedosa, y por ende crea cierto grado de ansiedad.
Me interné luego de que me pusieran el catéter y que hicieran la recolección de mis células para el posterior autotransplante (creo que de todo el proceso fue lo más difícil, tal vez porque mi estilo fue siempre estar muy al lado de los pasos, tratando de colaborar e interesarme por lo que me iban haciendo, y ese fue el único momento en que realmente sentí que estuviese o no con todas mis fuerzas y empuje era exactamente lo mismo. Por ende: sensación de que sobrás).
Sacando este pequeño detalle de “cosificación”, lo previo y lo posterior tiene una dependencia gigantesca en relación a la actitud que cada uno de nosotros tomemos para transitarlo.
Lo primero que me sorprendió, es que acostumbrada a escuchar testimonios de pacientes que habían tenido diagnósticos de cáncer, que se habían hecho quimios, rayos, hansi, macumba y todo lo conocido y no; no tenía ningún referente de alguien que ya hubiera pasado por el tratamiento, y estuviera caminando por el mundo como cualquier mortal.
Gracias a Dios, el día que estaba esperando para internarme, aparece un matrimonio, saluda a todos con mucho afecto, ella tenía un corte de pelo tipo afro y me enteré que se había hecho el trasplante en Agosto, que todo había salido bárbaro, y realmente estaba súper agradecida por el trato que recibió en el Servicio. Esto me dio una dimensión humana, concreta y posible de que iba a poder tener un camino similar al de alguien que ya lo había caminado.
A partir de ahí empezó a tomar importancia mi propio camino, y la forma particular que lo iba a enfrentar.
Creo que el signo más destacado de mi forma de ser, es decididamente optimista. Aclaro que esto no implica que no tome la dimensión de los riesgos, las dificultades y toda cosa que se le pueda cruzar a alguien negativo. La diferencia es que los veo pero pienso que vale más la pena ponerme a trabajar en que la cosa salga de buena forma, que quedarme agarrada en toda la desgracia que esta dando vuelta y que igual, a lo mejor, no me toca.
1º punto: EL SERVICIO: secretaria de Primera, médicos de Primera, enfermeros de Primera, mucamas de Primera. No estoy hablando de lo profesional que lo damos por descontado en un Centro de Alta Complejidad como éste. Es lo humano, y puesto en su mayor exponencia. Es decir: sentite libre de estar vulnerable, angustiado, quejoso, contento, apático o maníaco porque la verdad es que acá hay RED.
Tengo bastante fe, pero de algo estoy convencida: juro que hay Ángeles de la Guarda. Aquí también. Y si les permitís que te acompañen vas a ayudarlos en su Misión y te vas a sentir mucho más protegido. Ese debe de ser uno de los motivos de que a los pacientes les cueste irse cuando tienen el alta médica.
2º punto: EL TRATAMIENTO: la primera diferencia que me puse a mi misma cuando escuchaba lo traumático, o agresivo que podía ser, es que esto no era el cáncer, es un TRATAMIENTO, por ende, sea jodido, doloroso o molesto es para que cuando termine nos sintamos mejor que hoy. Y la diferencia de mejor que hoy, es exactamente más VIVOS.
3º punto: NOSOTROS MISMOS. Y acá lamentablemente empezamos con las diferencias y por de muy autoritaria que me la quiera dar, necesariamente cada uno va a vivir su experiencia, sacar sus conclusiones y transitarlo como cada uno pueda. Pero sí creo que tenemos la OBLIGACIÓN de aprovecharlo como un crecimiento de vida, porque son oportunidades (jodidas) pero útiles. Y si no se la sacamos ahora, nos van a volver a poner otra prueba para que tomemos conciencia de que para algo nos tiene que servir.
Y sin otra razón de contar mi propia experiencia por el tratamiento, los puntales que me mantuvieron de buen humor, agradecida, tratando de disfrutar lo que se pudiera disfrutar: desde haber podido dormir una noche bien profundamente, ver una buena película o la sensación refrescante de un flancito comido cuando tenés un poco irritada la garganta, estoy decidida de que fue porque, aunque los médicos fueron los que indicaron que este era el tratamiento que tenía que hacer: LO ELEGÍ YO.
Esto marca la diferencia: vas a saber porque te estás bancando tal o cual cosa; va a ser importante para vos el día en que estés: obviamente el calendario desaparece y se cambia por +2; +5; +8 y eso cada vez nos hace sentir más involucrados.
Pero creo que lo más importante para mí fue un Sábado a la noche, que yo obviamente estaba adentro y neutropénica y fantaseaba en que otro lugar me gustaría estar; si cenando con mi marido y mi hija; a lo mejor una escapadita a la costa... y me di cuenta que de todo corazón y con todas mis fuerzas, en el único lugar que yo quería estar era acá, porque era en donde realmente me estaba entregando todo a mi misma para que tenga sentido defender mi vida. Eso realmente hizo la diferencia.
Bueno, el resto te lo van a contar todas las veces que lo pidas, te van a explicar el proceso de veinte formas distintas, pero lo más importante de todo es que te involucres, estés presente en todo momento, porque es tu cuerpo al que tenés que darle bola, quererlo y tenerle paciencia en todo este proceso, porque seguramente va a chillar. Pero vos tenés que estar para acompañarlo, acunarlo y si se pone demasiado perezoso, también ponerle los límites.
Espero que le saques todo el provecho humano posible y que tengamos la posibilidad de salir más sanos y más fuertes de todo este camino. Te quiero mucho.
Euge.
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