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El testimonio de Gustavo Fuentes |
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Invitamos a todos aquellos que nos quieran hacer llegar su testimonio como lo hizo Gustavo Fuentes a enviarnos un mail a info@linfomasargentina.org.
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Muchísimas gracias Gustavo por tus palabras! |
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“E“A mis 22 años (a principios del año 1992), me diagnosticaron en la Academia Nacional de Medicina un linfoma de Hodgkin. Comencé en esa institución el tratamiento oncológico, y realicé remisión completa un año después. A principios de 1998, cinco años después de terminado el tratamiento sin que hubiera ninguna novedad, me dieron el alta definitiva.
Hoy tengo 35 años, y si bien en mi vida actual no hay una recurrencia al tema “enfermedad”, tengo siempre presente todo el bagaje de experiencias que me tocó vivir en aquellos tiempos.
Siempre pienso que hay dos maneras de pasar por la experiencia de una enfermedad y su curación. Una manera es tratar de pasarla lo más rápido posible, maldiciendo al universo por haber sido “elegido” para semejante sufrimiento, y la otra manera es aceptando con humildad que uno no es un ser especial para ser elegido para NO sufrir una enfermedad, y tratar de estar muy atento a las reacciones y acciones propias y familiares para APRENDER de lo que a uno le está pasando.
Podría hablar de muchas cosas que aprendí y que me son útiles en mi vida actual. Pero creo que hubo una experiencia fundamental que cambió mi vida para siempre. Una tarde, al principio de mi tratamiento de quimioterapia, llegué al consultorio de mi analista con la siguiente cuestión: "Yo sé que los medicamentos me están curando, pero me están lastimando mucho". Ante esto me propuso realizar un planteo al que llamó "cambio de polaridad". Se trataba simplemente de cambiar el orden de la oración, tomando como eje el "pero". El resultado fue que la frase "los medicamentos me están curando, pero me están lastimando mucho", se transformó en "los medicamentos me están lastimando, pero me están curando!".
Este planteo me ayudó a poder manejarme con un espíritu de confianza, y hasta de entusiasmo. Si la primera frase terminaba con un llanto, y con la cabeza entre las manos, la segunda terminó con la cabeza alzada, y mi cuerpo recibió mejor la medicación, ya que la recibí con otra predisposición.
Aún hoy uso este asunto del cambio de polaridad, y cuando las cosas se ponen difíciles, cuando quiero algo “pero” me cuesta mucho hacerlo, pienso que hay cosas que cuesta mucho hacer, “pero” son las cosas que quiero.
Le agradezco a la querida gente de Linfomas Argentina por la tarea que está realizando, y por la posibilidad que me brindaron para poder participar con mi palabra, que ojalá pueda ser útil.”
Muchas gracias,
Gustavo Fuentes
www.gustavofuentes.com.ar |
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