Invitamos a todos aquellos que nos quieran hacer llegar su testimonio como lo hizo Claudia Bulzomi a enviarnos un mail a info@linfomasargentina.org.
Muchísimas gracias Claudia por tus palabras!
"Allá por mayo de 1998, estaba con dolor de cabeza y cansancio, que atribuí al bebé y a las corridas hasta que palpé un ganglio en el cuello. En pocos días tenia el diagnóstico: Linfoma de Hodgkin. Recuerdo que el cirujano que me dijo eso acotó "
Si a mí me dieran a elegir entre todas las enfermedades malignas, le aseguro que elegiría la enfermedad de Hodgkin. Responde muy bien al tratamiento ”, etc...
Pero lo más terrible para mí era que mi mamá había muerto un año atrás por un Linfoma No Hodgkin y además yo tenía dos criaturitas. No me quedó otra que sacar fuerza y pelearla con una oncohematóloga que no me dejaba caer.
Cuando terminé mis sesiones de quimio y rayos, empezaron los controles, a los que siempre concurrí en estado de pánico (pobres los que me hicieron el aguante en la sala de espera!!!!!). Aproximadamente para diciembre del ‘99 la enfermedad reapareció en el bazo (conmigo fallaron los porcentajes).
Comenzó una carrera contra el tiempo, en 10 días me operaron (esplenectomía), justo cuando el mundo recibía al nuevo milenio -30 de diciembre.
El 6 de marzo del 2000 recibí un autotrasplante de médula y, entre la operación y el trasplante, tres quimios fuertísimas. Recuerdo que el mismo día del trasplante mi nena empezaba primer grado y el nene jardín, yo me lamentaba por no ver ese acontecimiento y una médica muy acertada me dijo: “ Usted con esto que le vamos a hacer se va a perder el primer día de clases pero va a estar en todos los siguientes ”.
Y ASI FUE Y ASI SERA. Bienaventurados los que tocamos fondo porque, sólo nos queda ascender . ”